lunes, 17 de septiembre de 2007

Una y otra vez bajo a tu pozo,
tierna leyenda de antojo,
oigo de lejos tu canción dorada,
cómo ríes, cómo sueñas, cómo lloras silenciosamente;
advirtiendo que de tu profundidad
susurra la mágica palabra;
parece que estuviera ebrio,
que durmiera que me llamaras siempre sin cesar...
Se han cerrado las puertas de los templos.
Es de noche y no hay luz en los sagrados bosques de la poesía.
Ya nadie puede encontrar el camino encantado que lleva al divino interior.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Morir...

Si morir fuera fácil,
Yo ni siquiera habría nacido.